lunes, 14 de junio de 2021

Estertor

No sé ser feliz. Encuentro un poco de estabilidad en mi vida, y sin embargo, ahí está. La incomodidad, la infelicidad, el no sentir genuino, el ser piedra, la duda, la incertidumbre, el miedo, la angustia constante. 

Las ganas de llorar y nunca poder. 

Empiezo a sentir nostalgia por lo que no fue, por lo que viví, por las ganas de vivir otras cosas... que sé que no van a suceder, que siempre supe que no iban a suceder. Y puse esfuerzo, ganas, esperanzas, deseos... todo, realmente me entregué entera, como pocas veces, como casi nunca. Estuve ahí, eterna, entera. Siento que todo eso quedo ahí en tirado, estancado en el tiempo, flotando en la nada misma. Esa nada que siempre supe que estaba y me esforcé tanto en ocultar. Me tapé los oídos y los ojos, y sentí. Sentí sola, ideé sola, fui sola. Adecuándome, dejándome tan atrás, olvidándome de mi, no respetándome. Hoy me paso factura y me juzgo tanto por eso, porque el dolor es tan grande.

Me juzgo porque sentí tanto, me permití sentir tanto y no sé de donde sentí tanto. Rebusco y revuelvo y es poco lo bueno, es mucho lo malo. Pocos momentos de sentir calor, muchísimos de sentir frío helado, que me partía el corazón. 

Y ahora fue todo reducido a cenizas
No queda ni una sola pista
De lo que fue
No hay más

Olvidemos todo de una vez... 

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