No existo.

Y ahi estabas, viendo a todas menos a mí. Y ahi estaba yo, viendo a nadie excepto a vos. Me saludaste como a otra más, sé que no existo para vos. Intenté ignorarte y refugiarme en mis amigos y en el licor de melón con sprite. A cada rato pasabas, y mis ojos no podian evitar seguirte. Tus ojos también observaban, pero no a mi. Una opresión en el pecho, otra vez, la misma de días atrás, no podía respirar, decidí no rendirme esta vez, y seguir respirando. Seguias ahi, revoloteando de lado a lado. Seguia ahi, revoloteando de lado a lado, ignorándote. Entonces lo vi, traté de no ver, intenté correr la mirada, pero era imposible. Esta vez, la opresión era enorme, era un especie de agujero que me quitaba el aire, necesitaba cubrirme con algo, salir corriendo de ahi, ocultarme en mi. Ya no lo aguantaba, el aire era cada vez más escaso.