Tú, llegaste a mi vida para enseñarme, tú, supiste encenderme y luego apagarme, tú, te hiciste indispensable para mi.
Y con los ojos cerrados te seguí, si yo busqué dolor lo conseguí, no eres la persona que pensé, que creí, que pedí.
Mientes, me haces daño y luego te arrepientes, ya no tiene caso que lo intentes, no me quedan ganas de sentir.
Mucho ruido y pocas nueces.
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